Peligros del bronceado

    • No es cierto que tiene que quemarse con el fin de broncear. De hecho, tratando de "broncear a través de quemar" es una práctica peligrosa que sólo causa más daño a la piel. Broncear y quemar son dos formas de daño a la piel causada por la sobreexposición a la radiación UV.




      El bronceado se produce sólo después de tanto daño a las células de la piel de uno que se ha producido. La piel dañada trata de protegerse a sí misma mediante el envío de señales a los melanocitos a producir más melanina, el pigmento que oscurece la piel. Como los melanocitos producen la melanina de protección, los queratinocitos circundantes (células de la piel) lo utilizan y lo utilizan para tratar de proteger su ADN. La más melanina que se produzca, lo más oscura se vuelve la piel. Un bronceado entonces, es evidencia objetiva de que el daño ya ha ocurrido, y el cuerpo está gastando energía para evitar que tales ataques se repitan.
      Las quemaduras de sol se producen cuando la piel no puede producir melanina con la suficiente rapidez para evitar que los rayos UV dañen la superficie de la piel y los vasos sanguíneos más profundos. El daño a los vasos sanguíneos provoca la inflamación y la hinchazón (que se convierte la piel roja), así como el dolor. Quemaduras severas pueden causar la inflamación suficiente como para que la gente se vuelve nauseosa y enferma. Debido a que el proceso inflamatorio no es instantáneo, puede tomar hasta 48 horas para ver el efecto completo de las quemaduras solares.

      Dado que la industria del bronceado está muy poco regulada, es importante ser conscientes de los riesgos involucrados en el uso de equipos de bronceado.
      Un error promovido por la industria de bronceado es que las camas de bronceado emiten sólo los "rayos seguros de bronceado", de la radiación UV. No hay tal cosa como la radiación UV segura. De hecho, la exposición a los rayos UV de alta concentración de camas de bronceado y las lámparas solares pueden ser incluso más peligrosa que la exposición al sol. El uso a largo plazo de las camas de bronceado y las lámparas solares, se asocian con el envejecimiento prematuro de la piel, el desarrollo de cataratas, y no-melanoma cáncer de piel. Varios estudios muestran que el uso excesivo de camas de bronceado y las lámparas solares se asocian con un mayor riesgo de desarrollar melanoma. El uso de lámparas solares también está asociado con el melanoma maligno del ojo. El sol es y ha sido siempre muy beneficioso para la naturaleza, pero no hay que olvidar que los rayos del sol producen radiación, y ésta, en grandes cantidades, es sumamente peligrosa para nuestra salud. Además no todas las pieles están preparadas para tolerarlo.


      No deben exponerse al sol las personas que tengan piel albina, con pecas y los niños
      menores de 3 años. Esta clase de pieles corren grave riesgo de sufrir dolorosas quemaduras y es poco probable que lleguen a broncearse por la acción del sol. Cuando estas personas están al sol, deben protegerse con protectores solares.
      Pueden exponerse al sol durante periodos muy cortos y con mucha protección (ropa clara, pantalla solar) las pieles muy claras, que correspondan a individuos muy rubios o pelirrojos con ojos claros y los menores de 12 años: Estas personas, si quieren broncearse, deben de hacerlo poco a poco y de manera paulatina.
      Las pieles oscuras también deben utilizar protectores o filtros solares. Y ninguno debe exponerse nunca al sol entre las 11hs. y las 16hs.


      Las quemaduras de la piel producen pequeñas lesiones que con el tiempo pueden derivar en melanomas o en un cáncer de Piel.

      Los ojos también se pueden ver severamente afectados por la radiación solar, pudiendo derivar en pérdida de la visión, cataratas, conjuntivitis, daños en la córnea y la retina, entre otros. Hay que tener un especial cuidado y usar gafas que bloqueen totalmente los rayos UV, recordar además que las superficies como la arena, la nieve y el agua reflejan la radiación solar, así que debemos usar gafas para el sol, no solo al exponernos directamente a el, sino en todo momento, aún a la sombra.

      Los golpes de calor y la deshidratación son también muy frecuentes cuando hay una exposición prolongada e incorrecta al sol. Si te sientes mareado, con nauseas, fiebre, aturdido o notas un comportamiento fuera de lo normal después de estar al sol, debes consultar al médico inmediatamente. Si tienes hijos pequeños que presentan un enrojecimiento severo de la piel, también debes de llevarlos al médico. Recuerda que la mejor protección para evitar lesiones por el sol son las pantallas, bloqueadores o protectores solares. El uso de estos protectores, no impedirá que puedas broncearte, por el contrario te ayudarán a tener un tono de bronceado homogéneo y sin manchas ni quemaduras en la piel. Si sigues algunos consejos puedes obtener un bronceado perfecto.